La soledad me llena -
corre por mis rincones,
llega hasta lo más profundo de mi corazón roto,
Mi alma estalla,
reventa en una angustia purpúrea,
una angustia que mezcla con la soledad sofocante en un mole de dolor.
Las lágrimas no sirven;
estos ojos, tan vacíos y secos,
jamás sentirán esta lluvia, este descanso.
¿Jamás?
Jamás es miles de años,
milenios inumerables,
eones y épocas sin contar.
Ahora, siento un «jamás» . . .
pero mañana viene el sol otra vez.
Sé que la soledad es niebla;
la angustia as pozo;
mañana, vendrán las lágrimas.
Mañana, vendrá la lluvia refrescante.
Mañana, vendrá la esperanza.
Ahora, padezco el «jamás» . . .
mañana, vendrá la paz.